Hay veces que todos estamos hartos de que nos digan qué tenemos que hacer, cómo lo tenemos que hacer si ni siquiera decirnos porqué se hace así y por qué nunca va a cambiar.
Pero poco a poco, parece que todos estamos empezando a poder expresar lo que sentimos, a gritar alto desde la montaña.
A hablar sin miedo al resultado.
Por eso, si alguna vez quedas con ganas de decir algo, corre a una colina, la más alta que encuentres, y sin pensarlo dos veces grita lo que te ha quedado por decir.
Tal vez nadie te oiga, y quizá lo hayas dicho en vano, pero ¿Qué mas da?. El mundo ya sabe como te sientes y qué quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario