Mi cambio de personalidad otoñal

En otoño siempre siempre me pasa algo curioso cuando llega la lluvia y el frío que tanto me encanta de otoño. Las hojas se vuelven amarillas, se caen y luego la lluvia se encarga de mojarlas.
La calle tiene otro aroma, las nubes parecen querer jugar a correr y las chimeneas empiezan ya a dar calor.
Todo cambia y yo no voy a ser menos. Pero no es nada malo, no me vuelvo mejor persona ni soy un ogro. A mí, en otoño, siempre me pasa algo extraño. Me da por pensar más en mis cosas, y me encanta escribir. Me gusta especialmente salir a la calle, tocar la guitarra y sacar fotos.

En otoño me vuelvo más bohemio.

Es la magia del otoño. El frío y de cómo todo cambia radicalmente. El otoño nos advierte.

Carta de despedida

Hace exactamente un año, un mes y un día que escribí el primer artículo del blog. Se dice rápido. La verdad es que no sabía como empezar, no era el primer blog que hacía, pero el resto eran sólo intentos.
Sinceramente, a Un Disco de Blues no lo llamaría blog. Los blogs se hacen para que la gente los lea, esto no lo lee nadie. Pero tampoco he hecho mucha difusión. De hecho tampoco necesito que alguien lo mire. Es una especie de diario abierto, yo cuento mis penurias y mis alegrías, cada uno que se sienta libre de tirar tomates o de leerlo. Un blog con un título de Blues, ni siquiera trata el Blues. El Blues hace referencia a poder contar todas mis penas y alegrías sin miedo, como la esencia del auténtico y original Blues.
La verdad es que esto es una carta de despedida, algo que siento ya desde hace mucho tiempo. Cada vez me distancio más del blog, y me da pena. Disfruto muchísimo escribiendo, y ahora mismo, aunque escriba esto, estoy disfrutando.
Eso sí, no es un adiós. Seguiré escribiendo durante mucho tiempo, ojalá nunca me canse. Pero tengo que reconocer que hay veces que olvido el blog. Y la verdad es que no debería, este blog es un reflejo mío.
Todos cambiamos en un año, mucho aunque no lo creamos, y yo leo qué era el blog hace un año y qué es hoy y me sorprende cómo ha cambiado, aunque no necesariamente me parece algo malo. Yo crezco, el blog envejece conmigo. Es un compañero de viaje que nunca da quejas.
Insisto, no es un adiós, es una forma de dejar claro qué siento. Prefiero despedirme por si alguna vez se me olvida escribir además prefiero ser franco y sincero y decir que no me gusta sentirme de alguna forma presionado o enlazado a escribir. Es como la música, la disfruto cómo, cuándo y dónde quiero. Y si alguna vez no tengo ganas, pues nada, otra vez será.
Muchísimas gracias por este año pudiendo contar y escribir todo lo que se me antoje, y además nunca te quejas. Ojalá esto dure muchos años más.
Un abrazo, seguiré escribiendo.

El otoño,

por fin ha llegado, y de paso una nueva imagen de fondo.

XI

—Yo soy ardiente, yo soy morena,

yo soy el símbolo de la pasión,

de ansia de goces mi alma está llena.

¿A mí me buscas?

—No es a ti, no.

—Mi frente es pálida, mis trenzas de oro:

puedo brindarte dichas sin fin,

yo de ternuras guardo un tesoro.

¿A mí me llamas?

—No, no es a ti.

—Yo soy un sueño, un imposible,

vano fantasma de niebla y luz;

soy incorpórea, soy intangible:

no puedo amarte.

—¡Oh ven, ven tú!

Gustavo Adolfo Bécquer

Alone

Hay veces que te sientes solo. Incomprendido. No sabes qué hacer porque no te sientes identificado con nadie. Estás solo ante el peligro.
Este es el momento quizás de tomarte una infusión de alegría y de estar con los que más quieres.

#Proposal

Quizás sea la hora de olvidar esa idea de "lo sé todo".

Follow the city lights

Tengo miedo al futuro, pero no intento no preocuparme. En mi ciudad las luces son verdes de color esperanza, para que nunca me pierda y siempre sepa a donde ir.

Otra cosa es que consiga ver las luces…

Intereses, ética, ¿ah sí?

Quizás pueda pretender saber hacer muchas cosas. A ninguno de nosotros nos cuesta apuntar en un papel nuestras cualidades firmarlo y soltarlo por ahí. ¿Alguien se atreve a hacer lo mismo con 5 defectos?.
Yo me atrevo a decir uno: Pienso demasiado. Tal vez sea producto de no haber pensado cuando debería, o de siempre pensar en qué es mejor y qué es peor.
Me atrevería a decir que la costumbre de siempre hacer caso a lo que te dicen es lo que de alguna forma te dice "no lo hagas". Pero ya está. Es hora de decidir por mí mismo qué es y qué no es.
Las consecuencias, bueno, eso ya me lo tragaré yo como pueda. Por favor, no intentéis solucionarme nada, me gustan los problemas, esa sí es una dulce condena.
Así que desde hoy comienzo una nueva forma de pensar. Hacer lo que sea mejor (o por lo menos intentarlo) y atreverme a decir sí o a decir no.
Pero eso sí, si de algo puedo estar orgulloso es de ser feliz siendo como soy.  Y mis decisiones futuras no pueden convertirme en algún tipo de piedra sin sentimientos o una máquina lógica de respuestas tipo Sí/No. Pero bueno, mejor lo dejo aquí que quizás esté pensando demasiado.