sábado, 2 de octubre de 2010

El otoño (L)

Cada vez se acerca más el frío, la humedad. La preciosa lluvia y la adorable nieve (que desgraciadamente no roza mi casa). El otoño llega, los árboles marchitan, todo parece congelarse, pero sabes que todo sigue, no es un final, sino una pausa. Las calles emanan un aroma que encandila, huele a chimenea, y el frío te cala hasta los huesos. Andas por la calle, hojas caídas, mojadas y machacadas por las pisadas, y a pesar de todo, el paisaje te encanta. Es difícil de explicar, pero el otoño esconde una felicidad que ninguna otra estación guarda.
Vas andando por la calle, pensando en cualquier cosa, notas la humedad, pero estás feliz, te apetece andar, sin rumbo, no sabes a donde vas, pero te encanta. Y al final de la calle estás tu, como una aurora boreal, lo más bonito y precioso del mundo entero: En ese momento, te das cuenta de que te has enamorado.

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